Parada del noventibondi. La cola llega hasta la esquina. Estoy bien ubicado. Aparecen en la esquina tres tipos saltando cada uno con un fernandito en la mano. Paran para vomitar y vuelven a saltar. Cuando una ambulancia está por cruzar O’brian se le paran adelante y no la dejan seguir. La ambulancia se desvía. Los pibes encaran para este lado. El olor a paco se les siente desde acá pero es distinto. Lo deben haber mezclado con glifosato o jugo Suin de naranja porque cuando entra en la nariz te deja picando las tripas.

Aparece una pareja mayor bien empilchada con la que sospecho que es su hija. Se les nota de lejos que no son habitues porque caminan espantados cuidándose la espalda, mirando para todas partes. Tienen el terror de dios en los ojos. Le preguntan a un viejo con aspecto de confiable si la cola es para el último servicio. El viejo les dice que no pero como buen vaquiano les sugiere que no se pierdan el primero que venga. Los ve muy peluches. Cuando viene el bondi subimos todos. La pareja también. Cuando empiezan a respirar tranquilos el colectivo se detiene donde no hay parada. Abre la puerta. Suben los saltarines. Solo pagan un pasaje. Sus caras tienen un aspecto entre verdoso y espectral. Están calmados. La pareja agarra a su hija de la mano y la esconden tras ellos. La piba debe tener, fácil, 25 pirulos.
El viejo vaquiano, que pegó un asiento, los tiene a tiro y le dice a la madre “tranquila doña, son mansitos”. Efectivamente, están re duros. No emiten vocablo alguno en todo el viaje. Alá es dios y mahoma su profeta. Amén.

  1. Suin
    Sep 11, 2018

    Tiene Suin, baila Suin, goza Suin, QUE RICO EL SUIN LPM!!

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