El mundo de la moda es un lugar ajeno para la mayoría. Brillo, suponemos, glamour. Hombres y mujeres inalcanzables posando ropas carísimas sobre una pasarela o en una marquesina. Sin embargo, hay engranajes en la cadena de la moda que no siempre se lucen junto a los productos. Una industria de trabajadores y comerciantes que mueven una maquinaria económica y estética muchas veces de un tamaño que no alcanzamos a imaginar en su justa medida. Marcelo Campini, Director de Base Modelos http://www.basemodelos.com/, es uno de esos empresarios argentinos que no paran de recibir llamados todo el tiempo a su celular y que trabajan a diario en esa zona difusa que hay entre la estética de la belleza y el comercio de la imagen. Un tipo joven, de 42 años, que durante dos décadas ha caminado la industria de la moda ofreciéndole a sus clientes lo que el mismo llama “Una estética que dicta el mercado”. De modas pero también de economía y antropología nos habla en esta jugosa charla con Andén. 

Andén: Siendo la moda una industria, ¿cuál es tu lugar?

 Marcelo Campini: En el mundo, la moda es una industria. En el mundo. Nosotros como país estamos ubicados en lo que se llama el tercer mundo. En el primer mundo o en algunos países en desarrollo o que están queriendo salir del tercer mundo, la moda sí es una industria, como por ejemplo en Brasil. En la Argentina no se la toma a la moda como una industria, lamentablemente; pero suponiendo un país donde la moda es industria, una agencia de modelos es un eslabón súper importante porque en definitiva la modelo va a ser la que represente, quien luzca el producto terminado, es un eslabón más, no el más importante desde ya, pero es un eslabón. Sin la o las modelos (chicos incluidos) el producto terminado se vería de otra manera. Imaginate que no es lo mismo lucir un producto en un maniquí, y fotografiar un maniquí, o fotografiarlo sobre algo inerte. Más allá de que las fotos son inertes. En otros países del mundo, el generar modelos es fundamental. Brasil para mi es potencia en eso.

La argentina cada vez se está profesionalizando más. Hay mejores agencias mejores diseñadores, mejores modelos, mejores producciones gráficas.

Andén: Se tiene la idea de la moda y de la modelo como un ámbito suntuario, ¿es así?

 M.C.: No es tan así. Hay una realidad social y antropológica que es que la cruza de gente, la cruza de estatus, de nivel de personas, hace que en niveles altos de la sociedad se encuentren chicas y chicos muy muy lindos. Yo he tenido muchos jugadores de polo como modelos. Eso es una realidad, en las clases altas hay gente con muy buen potencial pero, justamente, por ser de clases sociales altas ven el trabajo de modelo como algo secundario o no tan bien visto. Es muy difícil hacerlos ingresar. Pero tampoco hay una cosa de desigualdad, si la persona tiene condiciones puede vivir en Berazategui o Tucumán o en la boca. Por lo menos ahora dejó de ser importante.

Andén: ¿Qué es lo que vendes? ¿Cuál es tu producto?

M.C.: Puntualmente yo vendo una imagen. Yo no vendo a alguien que lee, escribe, suma o resta más o mejor que otros. Vendo una imagen, una estética que la dicta el mercado. La moda es algo muy cíclico. Lo que está de moda hoy no lo estuvo ayer, lo de ayer no lo estará mañana. Va cambiando. Hay vueltas de los 80 al 2012, de los 70 a los 2000. Vendo imagen, vendo estética.

Si una chica lee a Sábato me da lo mismo. Ahora, si hay una chica que tiene una buena estética y es buena gente y es inteligente va a tener más recursos que la que no lee a Sábato, como todo en la vida.

Andén: Esa estética que vos vendés tiene que ver con figuras y rostros particulares, ¿eso puede ser adaptado a nuevas modas?

M.C.: En argentina está muy dividida la situación. Mi agencia es más una agencia comercial que de moda. La moda es lo que ves en vidrieras de ropa, en desfiles y luego está la parte comercial del negocio: avisos de TV o gráficas de productos comerciales. En la Argentina hay 3 tipos de modelos que hace moda que son las más difíciles de conseguir por la característica de su estereotipo: muy muy jóvenes, muy muy altas, muy muy flacas. Después están las chicas comerciales, más accesibles a nivel estético. Pueden no ser tan jóvenes (cuando te hablo de jóvenes te hablo de 16, 17, 18 años), puede tener 23, no tiene por qué ser tan alta, delgada, puede tener sus formas. Y después está la chica que es un nuevo producto que sacó la televisión – que yo no comparto – que es una belleza que tiene que ver más con lo sexual: voluptuosa, con bocas muy fuertes, una belleza más agresiva. Y yo creo que también tiene mucho que ver con el presente del país.

Andén: ¿Por qué?

M.C.: En todos los países existen este tipo de modelos o este tipo de estereotipos, pero no se les dice modelos o no se las ve como tales. La modelo de modas es una sola en todo el mundo. Mide más de un 1.75, son flacas, sin formas, con unas medidas muy concretas y una belleza muy concreta. Las modelos comerciales también son como muy diferenciables. Y después, esta nueva “raza” de mujeres, que también los hay en los varones. Para mí tiene que ver un poco con la actualidad. Para mí la Argentina está pasando por un momento de “mediocrización” bastante fuerte. Una chica con mucho busto, con mucho cuerpo, saliendo a decir estupideces por los medios se posiciona y comienza a poder vender productos y ya por eso le dicen modelo. Mi agencia no tiene ese tipo modelos. No es mi perfil. Durante los 20 años que tiene mi agencia nunca me interesó. No te voy a mentir, alguna hubo, pero ya cuando cruzan líneas de distintos tipos ya no me interesa porque cuido la imagen de la agencia. Las agencias también tenemos imágenes institucionales que brindar. Eso es parte de la industria.

Andén: ¿Sólo te ocupás de vender un producto o pensás que en virtud de tu experiencia tenés algo que decir sobre un determinado tipo de moda o determinado tipo de belleza?

 M.C: Tenés que tener ojo si no, no podes trabajar en esto. A veces tenés suerte y Te adelantas, a veces no. A veces buscas y contratas a gente que va a pegar por esto o por lo otro. El cine, las series norteamericanas marcan un poco el estereotipo de belleza y hay que estar atento.

Andén: ¿Es una cuestión de intuición o requiere de un entrenamiento visual?

M.C: Las dos cosas. Lo que pasa es que es tan subjetivo porque lo que te parece lindo a vos a mi puede no gustarme. La belleza es una de las cosas mas subjetivas que hay.

Andén: Pero sin embargo hay algo de objetivo en ese plano.

M.C.: Hay patrones mundiales. Mirá, se dice que Kate moss marcó social y antropológicamente una década, la de los 90, de una Inglaterra flaca, consumida, perdida, andrógina desde lo social y lo político. Kate moss fue la cara de los 90. Es cierto que fue una marca norteamericana, Calvin Klein, la que la hizo explotar. Lo que te quiero decir es que la moda también es una respuesta a los eventos sociales mundiales o de cada país. Fijate que ahora hay otras caras. No hay supermodelos en este momento. Te digo cindy crowfor, naomi cambell y las ubicás. Ahora no hay supernombres. ¿No será la pobreza mundial que no genera súper modelos?, ¿o que las puso a todas en una misma línea? Las supermodelos son millonarias, pero se hicieron millonarias en un mundo que tenía dinero. Ahora el mundo no lo tiene por eso no hay nadie que sobresalga.

Vos ves lo que son las publicidades de Guess, que marcaron tendencia de México para abajo. Mujeres pulposas, Ann Nicole Smith, que eran como brillo. Era el brillo de los 2000 de la explosión yuppi norteamericana, el poder del cuerpo. Si tenés la posibilidad de viajar te das cuenta de que si las ves desde Buenos Aires, y mirás para arriba, de sur a norte algo cambia. Guess en Estados Unidos es una marca media baja. Por eso hay que ver como se posicionan con las estéticas y las imágenes. Eso es una industria. Pensar cómo posicionar una marca. ¿Por qué hay tantas famosas en la Argentina vendiendo marcas? Porque es muy poco el dinero que hay en el mercado entonces hay que ir a lo seguro. Se cree que la famosa puede vender más que una desconocida, a veces sí a veces no. A veces es hasta contraproducente. También está la arista industrial. Una marca que no tiene la capacidad de hacer 100 mil prendas y la pone a una famosa en su cara y no puede vender esa cantidad, puede generar la necesidad de lo exclusivo o el descrédito porque no se la puede conseguir y pierde credibilidad.

Andén: Se sabe que el primer eslabón creativo de la industria (diseñadores, creadores de tendencia) planea colecciones con mucha antelación. ¿En el plano nacional, de alguna forma, participás de ese planeamiento?

M.C.: Yo no, hay agencias que sí. Yo no. No con tanta antelación. No somos tan industriales.

Y esa antelación es un problema. Una cosa q está volviendo loco a los empresarios textiles es el cambio climático. Antes tenías colecciones de otoño/invierno – primavera/verano bien definidas. Ahora, los veranos se extienden, los inviernos se acortan. Vos no podés tener, si hace calor, lana en las vidrieras, bufandas. La gente no va a comprar eso porque hace calor. Eso también trae consecuencias.

Te digo algo referido al planeamiento. Yo como agencia, con el problema del campo, como parte del eslabón de la industria, hemos sufrido muchísimo, porque la bonanza del campo se vuelca en la ciudad. El dueño del campo le entregaba a su familia cierto dinero, a su esposa y a sus hijos, para que vinieran a la Capital a gastar en moda. Entonces, vos veías boutiques de la zona de Palermo por ejemplo que los fines de semana explotaba. Venía la familia de los productores que tenían resto para poder entregar y compraban y se lo llevaban a sus pueblos. Una pirámide interesante que ojalá pasara en todos los rubros, porque eso es lo que hace andar un engranaje de país. Con el conflicto del campo los vendedores sufrieron muchísimo. Muchas campañas no se hicieron porque muchas marcas no tenían el plus de venta que le daba la gente del interior. muchas marcas que fabrican en capital para locales del interior no pudieron vender. Por ejemplo, Las marcas de ropa interior de mujer. El 45% de la producción va al interior del país. El campo paró todo. Fueron 6 meses. Y una campaña dura ese tiempo. La Argentina es súper sensible a esas variaciones porque no tenemos industria.

Andén: ¿Por qué pensás que en el mundo de la moda se elige determinado tipo de figuras o tipos étnicos que son los que vos vendes y no otros? (obesos, viejos, otras etnias).

 M.C.: Por moda. No quiero profundizar sobre eso, no porque le escape a la pregunta sino porque es un mito. Hoy por hoy se está abriendo mucho el panorama. Se ven chicos y chicas orientales, con rasgos andinos…siempre conservando una estética de belleza, un patrón. Puede haber una chica muy, muy morocha y muy bella. Y también por una cuestión mundial, si dentro de un año se ponen de moda las gorditas, la Argentina lo va a adoptar. Argentina adopta lo que pasa en el mundo.

Andén: ¿Cuál es tu posición con respecto a la delgadez de tus modelos?

M.C.: Yo quiero modelos saludables. A mí no me sirve tener modelos que no lo sean. Para mí la salud, la vida está antes que nada. La delgadez extrema es insalubre. Y a veces el negocio no muestra salud.

Andén: ¿Cuál es el tiempo útil de una modelo dentro de la industria?

M.C.: En mi agencia no hay esa exigencia porque tiene un perfil comercial. Una mujer bella de 37 años puede seguir trabajando. En una agencia estrictamente de moda arrancan a los 15 y terminan su carrera a los 27, casi como un jugador de futbol.

Andén: Si se sabe de una firma a la cual le prestas tus servicio o le vendes tus productos tiene talleres clandestinos, ¿cuál es tu reacción?

M.C.: Yo no pregunto esas cosas. En lo personal estoy en contra. No trabajo con gente que esté metida en cosas raras bajo ningún aspecto: ni sexual ni comercial ni laboral ni de prensa. Si me entero que a un cliente en uno de sus locales se le encontró cocaína, yo no voy a trabajar con su marca. Si me enterara, no trabajaría. Es muy difícil que lleguen a nuestros oídos esas cosas, por lo menos al mío, no me manejo a niveles tan altos en los que sé que una empresa tiene trabajadores ilegales.

Andén: ¿Por una cuestión de imagen de la agencia o personal?

M.C.: Ambas cosas. Es mucho más fácil relacionar empresas con agencias a nivel sexual que a otro nivel. Nunca he aceptado ese tipo de cosas.

Andén: ¿Qué hay de malo en el mundo de la moda?

M.C.: Lo mismo que en el mundo de la abogacía, de los contadores y de los médicos.

Andén: ¿Que hay de bueno?

M.C.:Lo mismo. Salvo una cosa, el que trabaja en esto gana lo mismo que otros en menos tiempo■

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