A veces pasa, uno va al cine y se encuentra con una película enorme que crece y crece al punto tal que no entra en los ojos. Eso es 7 cajas. Un thriller al mejor estilo Hollywood pero hecho en Paraguay. Filmada con virtuosismo alemán pero por directores paraguayos, con actores a la altura del mejor cine Frances pero autóctonos y sin experiencia. Una película de enredos pero con un trasfondo social agobiante. Una road movie que transcurre en 20 cuadras. Un policial donde nadie (o casi nadie) puede reclamar su inocencia aunque todos, de un modo u otro, lo sean.

Un grupo de personajes al borde de la desesperación, capaces de todo por conseguir lo que quieren, recorren los pasillos de uno de esos mercados de Asunción del Paraguay que parecen favelas o villas miserias. En ese escenario entre pintoresco y claustrofóbico tratarán de encontrarse y perderse unos a otros porque los acecha el peligro de perder la oportunidad soñada y también su propia vida. Por momentos coral, da la impresión de que hay millones de extras, miles de pasillos, cientos de posibilidades. Pero es solo una historia donde todos confluyen para bien y mal.

Parecida a otros films: Corre Lola corre, 9 reinas, Ciudad de Dios, Perdido por perdido, pero única, personal; comparte con ellas la premisa, unos pobres diablos corren la coneja y cuando la encuentran es ahí donde comienza la película.

Dirigida por Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori arrasó en todos los festivales donde fue presentada y posee lo que hace falta para pasar a la historia del cine latinoamericano de calidad: grandes actuaciones, frescas, creíbles, ajenas a cualquier estereotipo. Unas locaciones que en su pequeñez se antojan enormes. Una dirección que cita a miles de películas sin ninguna pretensión más que contar una historia y un juego de cámaras por momentos experimental pero siempre comprensible.

No hacen falta millones de dólares y robots asesinos para hacer un gran film, sólo buenas ideas. Y es auspicioso que haya ocurrido acá nomás, a unos metros más allá de la frontera.

Me cierran el bar. Chauchas■